Muchas eran las bajas que presentaba la escuadra gaditana para afrontar el partido de este lunes. Sergio y Abel por motivos físicos y Pedro por causas mayores se quedaban fuera de una convocatoria llena de caras poco habituales.
Txechu, que fue muy discutido por ambos equipos, pitaba el comienzo del choque a las 22:04 en una noche bastante apacible y con una temperatura perfecta para disfrutar de la práctica del balonpié. La falta de varios titulares entre los jugadores de la elástica roja era bastante evidente, hecho que se hizo notar desde el principio con movimientos bastante descoordinados entre las líneas de ataque y defensa.
Pese a ello la presión arriba se hacía de forma bastante efectiva y en una internada por banda izquierda llegó la jugada del primer tanto. Un centro raso desde la zurda atacante llegaba a Jhony que desde el punto de penalty clavaba el balón en el interior de la meta isleña. Uno a cero y la cosa no empezaba nada mal para los jugadores del Bahía de Cádiz.
El encuentro entró en una tónica donde el esférico corría de un campo a otro prácticamente sin un dueño claro y donde los jugadores de la capital entraban continuamente en el fuera de juego, gracias a la defensa azulina que jugaba bastante adelantada.
Una de las escasas ocasiones donde los locales consiguieron atravesar la efectiva defensa visitante llegó el tanto del empate. Corría el minuto 25 cuando Ernesto, que volvía a vestir la elástica azulina, aprovechaba el rebote de un balón al larguero y batir a placer a Juanfri. Nuevamente las tablas volvían al marcador y sin un claro dominador del juego. Los jugadores del Bahía evitaban a los locales ejercer el fútbol de toque al que están acostumbrados mientras los isleños, adelantando muchísimo sus zagueros contrarrestaban las contras de los rojillos.
En una de las pocas jugadas en las que los delanteros gaditanos consiguieron no caer en la trampa del offside llegaría la jugada que marcaría el resultado final del encuentro. Moi, que partió en posición correcta recibió un buen balón en profundidad para encarar al meta azulino y batirlo por bajo. El delantero, que promedia casi un gol por partido, ponía por delante de nuevo al equipo de la capital. La renta pudo aumentarse si minutos después Antonio hubiese finalizado una buena incursión por su banda, pero su decisión de pasar la bola a un jugador en claro fuera de juego, supuso seguir dejando con vida al equipo contrario.
De aquí al final el juego sufrió numerosas interrupciones entre faltas y fueras de juegos, algunos dudosos y otros mas claros. Ernesto pudo tener el empate en sus pies si no llega a ser porque el colegiado señaló una mas que dudosa falta del delantero azulino, tras arrebatar el balón a Dani Ríos en una maniobra excesivamente arriesgada de conducción.
Con el ya conocido 1 a 2 llegábamos al final de un encuentro muy disputado y con un juego algo mas alocado de lo que estos conjuntos nos tienen acostumbrados.