lunes, 29 de abril de 2013

Seguimos en el pozo

El Bahía de Cádiz volvía al verde del Campo Municipal La Bazan a intentar mejorar la imagen dada la semana pasada. Un contundente cuatro a cero fue el balance que los jugadores de la capital se llevaron gracias una actuación espectacular de los isleños y, sobre todo, de Ernesto que se comió a la defensa rojilla.

Con la lección bien aprendida, aunque parece que no por todos, el once presentado en esta ocasión a primera vista distaba mucho de lo acostumbrado. El esquema sobre el verde tapete se modificó suprimiendo a los dos laterales y situando a tres centrales y dos carrileros de largo recorrido. La idea era poblar el centro del campo y evitar las cómodas transiciones que en los choques anteriores habían tenido los jugadores azulinos. La otra novedad era la posición de Antonio, que dejaba su posición en banda para acompañar a Moi en el ataque. Una serie de cambios que debían asegurar un control en el centro del campo y una mejoría en lo visto en los últimos encuentros.

Así, durante los primeros minutos esto se hizo evidente, llevando el peso del control del esférico a pesar de faltar profundidad d tres cuartos de campo hacia delante. Y es que la presencia de Moi no era suficiente para doblegar una defensa llena de caras nuevas que refrescaron la zona defensiva del equipo isleño, ganando en seguridad y oficio.

Pero, como viene siendo habitual, fueron los locales los que abrirían el marcador cuando, en un lanzamiento de esquina cabeceado a la frontal del área por Javi Peña, Orlando enganchó un magnífico disparo que se coló por donde crecen las telarañas. Un obús al que Rafa nada pudo hacer y que ponía por delante a los jugadores de la elástica azul.

A partir de aquí los jugadores del Bahía se vinieron a bajo y comenzaron a perder posiciones. La línea trasera intentaba empujar con ímpetu pero sin cabeza, dejando desguarnecida la línea defensiva. El centro del campo era manejado por Gines, Ángel y Molero a su antojo, moviendo a su equipo con sentido y con muy pocas pérdidas de balón. Todo lo contrario de los jugadores de la capital, que lo único que conseguían era correr tras el balón sin inquietar las inmediaciones de Ernesto que, lesionado a los pocos minutos de comenzar el choque, intercambió su posición con Cristian.

Con este panorama la único que podía ocurrir era que llegase el segundo tanto isleño. Fue Ángel el que aumentó la ventaja para su equipo y dejó el encuentro prácticamente finiquitado en una nueva demostración del buen momento por el que pasa Chirigoteros, y el pésimo estado de forma por el que pasa el Bahía de Cádiz. Sobre todo debido a las numerosas bajas que arrastran semana tras semana y que hacen imposible poner en juego el once tipo que tan buenos momentos nos ha regalado.

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